miércoles, 25 de abril de 2012

LAS PLANTAS SON INTELIGENTES


Hasta ahora hemos considerado a las plantas como unos seres vivos que hacen poco más que existir y sobrevivir. Pero ahora la ciencia está demostrando que a pesar de lo que muchos puedan pensar el reino vegetal posee inteligencia. Lo que a su vez demostraría que es posible que exista una inteligencia sin necesidad de un cerebro. Claro está que es una inteligencia muy distinta de la humana, pero no deja de ser asombrosa la capacidad de estos seres para procesar información y adaptarse al medio.

Las plantas poseen capacidad de comunicación. Aunque pueda parecer extraño las plantas son capaces de comunicarse con los insectos. Se ha demostrado que la planta del tabaco al ser atacada por orugas es capaz de emitir un químico que atrae a depredadores de las orugas para poder defenderse.

Otra capacidad asombrosa de las plantas es la memoria, son capaces de recordar épocas de sequía y cambios de luz, de forma que la próxima vez que se vean expuestas a dichas condiciones actúan de una forma preventiva creando una serie de sustancias químicas que les permitan sobrevivir con mayor facilidad.

Las plantas son capaces de crear redes de comunicación para ayudarse entre ellas. Las fresas, los tréboles y otras plantas crecen enviando mensajeros: vástagos horizontales que eventualmente se integran capilarmente a su estructura. Estos centinelas crean redes de comunicación entre plantas conectadas. Cuando una planta es atacada por un insecto, envía señales a las otras plantas advirtiendo a los miembros de la red para que puedan generar defensas que contrarresten a los invasores –desde toxinas a químicos que les producen un mal sabor a los herbívoros.


Nuestros amigos vegetales son también capaces de escuchar, mucha gente le habla a sus plantas, esto es algo muy común. Pero muy poca gente sabrá que sus plantas les escuchan. Es más según los estudios de la bióloga Mónica Gagliano las plantas emiten sonidos. Demostró que las raíces de la planta del maíz emite una serie de sonidos a 220 Hz y no solo eso, sino que al ser expuesta a una fuente emisora de sonido a esa frecuencia la planta modificó su crecimiento y se giró hacia la fuente emisora.
Las plantas son capaces de medir el paso del tiempo, no florecen sin ton ni son: registran el paso del tiempo. Se han identificado una serie de proteínas que responden a la cantidad de luz a las que son expuestas. Cuando reciben suficiente luz en un ciclo de 24 horas, estas proteínas emiten una señal que activa el ciclo de florecimiento. También poseen orientación, las coloques como las coloques siempre crecen hacia abajo, para que las raíces lleguen a tierra. Seguramente esto se debe a que notan la gravedad. 
Sin duda otra capacidad increíble de las plantas es la de distinguir entre plantas de la misma familia y de diferente especie.  En presencia de plantas no relacionadas genéticamente, las plantas aceleran su crecimiento.
Muchas plantas son capaces de modificar su crecimiento en función de la cantidad de luz, si hay poca luz crecen más para poder captar la máxima luz posible, esto se debe a la proteína PIF7. Fue la bióloga Joanne Chory quien identificó esta  proteína. También es posible que las plantas usen camuflajes en busca de la supervivencia como la Mimosa pudica que es capaz de modificar el tamaño de sus hojas para ser menos apetecible para los depredadores. 

Y por último lo más sorprendente de todo, ¿son capaces las plantas de crear un vínculo telepático con las personas que las cuidan? Pues al parecer si, aunque de momento la ciencia oficial no se ha pronunciado a favor de esta teoría. Según los estudios de Clive Backster las plantas se percatan de los eventos que les suceden a las personas que las cuidan normalmente. Y este fenómeno es independiente del espacio y del tiempo, es decir, cuando a una persona le sucede algo, ya sea positivo o negativo la planta en ese momento se altera y se puede observar una variación en su ritmo biológico. 

Recordemos que las culturas milenarias siempre han tenido mucho respeto por nuestras amigas las plantas y que las han considerado fuente de sabiduría. Esto nos demuestra una vez más que vivimos en un mundo donde absolutamente todo y todos estamos conectados continuamente.